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Octubre de 2013

Navegando por la red podemos comprobar cómo cada día son más las galerías que ofrecen  las obras de sus artistas en sus webs y cómo, paralelamente, también son más las galerías físicas las que cierran sus puertas al público. En cierto modo resulta paradójico que uno de los sectores económicos que más progresión ha tenido en los últimos años haya sido el llamado “turismo cultural” y sin embargo las galerías de arte estén cerrando sus puertas por falta de afluencia a sus salas y por consiguiente de ventas. Pero el Arte sigue siendo un gran negocio; lo que pasa es que se encuentra en un mero trámite de reconversión, no olvidemos que  el mercado del arte on line crece a razón del 20 % anual: ¿Nos estamos equivocando? No lo sé,  pero a la vez pienso (o espero) que todo regresará a su cauce; más avanzado, diferente, pero a su cauce. La tecnología ha revolucionado la sociedad. Pero las Revoluciones tienen eso, que revolucionan todo, lo ponen todo patas arriba hasta que llega un momento en que  ese todo se acaba estabilizando; se dan diez pasos para luego retroceder tres o cuatro; lo cual no está mal porque de ese modo habremos avanzado seis o siete y por lo tanto, hay movimiento, hay evolución. No podemos permanecer inmunes y el problema viene cuando no terminamos de comprender y asimilar qué requieren de nosotros esos cambios. Porque en realidad somos como un niño que reniega de sus antiguos juguetes y ahora sólo juega con el último que le han regalado. ¡Miremos a nuestro alrededor!; en el metro, en las terrazas, en los bancos del parque… abuelos  con aparatos que no entienden, parejas que ya no se besan (solo se whathsapean), columpios vacíos con los niños alrededorTwiteando, limpiando y poniendo sombreros al Pou o jugando a cualquiera de los miles de juegos que han surgido y sido versionados para móviles…en fin, es la novedad; novedad que durará hasta que deje de haber novedades, o por lo menos hasta que la monotonía de la novedad termine por aburrir al personal. ¿Echaremos de menos algún día ese olor característico a óleo casi aun fresco que percibíamos cuando entrábamos en una galería?, ¿y las inauguraciones? Quienes hayan estado en alguna recordarán cómo se convertían en un auténtico desfile de glamour,  de artistas, unos de moda y otros que querían serlo, de snobs, de ricos de ayer y de hoy, de modernos y de post, en fin de toda una representación de una sociedad genuina.

El Estudio de Arte José Luis Birigay abrió su primera web hace ya bastantes años, no recuerdo exactamente, seis o siete años quizás, y hoy, retirada ya aquella primera página, hemos apostado por dos web que engloban todo nuestro quehacer y con un diseño y unas prestaciones mucho más acordes con esa revolución de la que hemos hablado. Así que de momento ahí estamos, nadando en el océano tecnológico, porque en realidad …¿dónde me quieres ver? pues ahí estaré.

Por José Luis Birigay

Artículo realizado para http://birigay.es/revolucion-tecnologica/