Así, con este título me gustaría comenzar a mostrar qué cuadros van naciendo, poco a poco, mes a mes, en la Academia y dar una muestra de la gran variedad de estilos y de entender el arte que aquí se dan cita cada semana.
Sorprendente, sencillo y rápido de ejecución ha sido «la tinaja salmantina» de José Luis Marqués: el motivo adquiere una belleza muy especial en su particular interpretación, y es que no es fácil decir tanto de algo tan sencillo en apariencia: observo el cuadro en rojos y las sensaciones llegan, la paz y la reflexión.
No menos sorprendente nos resulta la obra de Valvanera Torroba; su última serie ya está colgada en nuestra exposición y como siempre llenando la sala de una gran sensación de optimismo. A mi particularmente, ella lo sabe, es, su obra en general, muy de mi gusto, y es que las obras, las buenas, no tienen por qué llegar a todo «artevisor» con facilidad.
El silencio o el barullo de las conversaciones, las canciones de «Los Panchos» o «Radio Futura» , o la música de «Vivaldi» se rompen con una maldición: es Jesús Lozano en lucha eterna con su obra. Observador y analista de paisajes, perfeccionista que no realista, cada toque es un homenaje a la pintura. Pinta lugares y paisajes que conoce y que significan historias, momentos y sensaciones en su vida. El último este precioso paisaje de las viñas de otoño en La Rioja.
Flores, huevos, tazas, cualquier objeto sirve. A Ana Domínguez le nutre de fotografías que pintar un buen amigo, un artista con la cámara. Ella distorsiona y se aleja de la realidad fotográfica disfrutando de la materia y del destrozo como una chiquilla traviesa, luego de repente el cuadro aparece y nos hace disfrutar a todos.
Nadie esperábamos este resultado cuando Teresa Fudio se empeñó en pintar un anodino patio de colegio. Dorados, redes pegadas, trazos directos con el tubo, brochazos… hoy es uno de los cuadros más comentados del Estudio porque realmente además de rendir homenaje a la creatividad, Teresa ha cumplido con uno de los fines más tradicionales del arte, poner belleza en una realidad que no la tiene.
Habitual en los retratos a lapicero y carboncillo, Ángel Bravo nos ha sorprendido realizando un retrato al óleo casi monocromático del padre, cuando éste era niño, de una compañera. Composición original y divertida que conserva muy bien ese aroma de principios de siglo cuando el retrato de los casi primeros fotógrafos era un auténtico arte.
El último lienzo de Paca Sapena refleja una de las muchas fotografías que realiza por toda La Rioja. Esta vez le ha tocado el turno a su Navarrete visto desde media distancia. Supongo que tomó la fotografía en uno de sus paseos de búsqueda de endrinas, uvas, setas…o simplemente imágenes, porque esta mujer, vital a tope, parece no descansar nunca.
Todo llega, y a algunas cuando les llega lo hace por la puerta grande; a Rosa le llueven los encargos para sus nietos, los que ya están y los que están de camino. Si ya triunfó con su cuadro de «Las ratitas gimnásticas» ahora, Rosa Milagro se ha superado: y no era fácil crear algo absolutamente diferente a lo que habitualmente tenemos concebido que debe de ser un cuadro infantil. Dimos muchas vueltas: otra vez ratitas, los típicos ositos con colores aburridos, nubecitas, colores pastel…pues no, gatos, muchos gatitos juguetones y coloridos y atractivos ovillos de lana.
El resultado… una maravilla, de gran tamaño 160 x 80 cm. y ya está en camino el siguiente, esta vez más gatos, estos jugando como Rosa con brochas y pintura.
Presidiendo nuestro escaparate durante el pasado mes ha estado la original obra de María Suárez , que al igual que la anterior mide de 160 x 80 cm. pero esta en vertical. «Fuegos artificiales» es un cuadro inspirado en una fotografía nocturna realizada por la propia artista una noche de septiembre. Realizada en acrílico, óleo y pigmento dorado aglutinado en resina, el resultado abstrae mágicamente ese momento de explosión del color.
Una calle, una simple calle es la excusa que sirve a Adriana Sanz para trabajar esas obras que se encuentran entre un arte que hace guiños a un academicismo de corte un tanto realista pero cuyo disfrute al pintarlo reside en trazar, meter pintura, velocidad e informalizar las lineas de dibujo.
José Ignacio García ha elegido para uno de sus primeros cuadros un motivo que refleja otra de sus aficiones: las motos. Él es el que va primero en la moto roja y blanca con el casco amarillo.
Otra gran aficionada a la fotografía Arantza Alonso Frutos ha elegido para su última obra este original motivo casi monocromático. Como siempre Arantza es fiel a un estilo realista aunque en esta ocasión ha utilizado unas bases para dar un cierto relieve plástico.
A continuación quiero hacer referencia a dos obras en las que la ciudad y sus edificios adquieren la importancia de la composición. Una, realizada por Alberto Sáez, se inspira e interpreta libremente el conocido «sky line» de Nueva York; la otra, totalmente inventada, de Alberto Merchán, nos sorprende con su cielo en un auténtico «rompimiento de gloria» que nos recuerda las obras religiosas del barroco.
Para finalizar os muestro también la última realización de Beatriz Suárez, un paisaje en el que el enfrentamiento de grises y verdes produce esa sensación de tranquilidad de después de la tormenta.
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