
Proceso de restauración
Virgen románica entronizada formalmente a la tipología bizantina de las Vírgenes «Kiriotissa», caracterizadas por ser Trono de sabiduría (Sede sapientae) para el Nioño-Dios que se localiza sobre sus rodillas (en este caso la figura del Niño ha desaparecido y queda como vestigio el clavo de sujeción) y en posición igualmente frontal a la de la Madre.
En la imagen de la Virgen predominan la frontalidad y rigidez propia de las imágenes de esta época, especialmente en la composición y actitud, aunque ya en el rostro de la Virgen se atisba una delicada expresión de ternura y sencillez que rompe con el hieratismo mayestático de vírgenes más antiguas.
La Virgen de Hayuela viste túnica y manto que, respetando la ordenación geométrica, cae en pliegues de escaso volumen hasta los pies cubriendo la figura. La imagen ha llegado hasta nuestros días sin la figura del Niño del que tampoco existen referencias materiales y es por ello por lo que la Virgen ha conservado tras su restauración el clavo en el que se insertaba la imagen del Niño como evidencia material histórica.